Tengo manchas en la cara ¿qué son?

Entre todas las consultas que atendemos, la aparición de manchas en la cara supone uno de los motivos más habituales y es que es una parte muy visible de nuestra anatomía, habitualmente expuesta durante todo el día. La mayoría de los pacientes que acuden a consulta por este tema son mujeres, pero el número de hombres que lo hacen no deja de aumentar con el paso de los años.

En muchos casos, la consulta rápidamente adquiere un carácter centrado en el perjuicio estético, nos enfocamos en la desaparición de las manchas y su posterior prevención. En ocasiones, las manchas en la cara también pueden generar preocupación y duda por si pudieran suponer un problema para la salud, más allá del daño estético o emocional.

En cuanto al tratamiento, es frecuente que los pacientes acudan al dermatólogo ya tratados en otros centros, aquejando empeoramiento, malos resultados e incluso a veces complicaciones. En el siguiente artículo repaso los distintos tipos de manchas en la cara y las posibilidades en cuanto a tratamientos.

Manchas en la cara: Melasma

“Doctora, mi cara se ha manchado mucho por el sol” es la frase más repetida entre los pacientes que acuden a mi consulta por este motivo. La realidad es que muchas veces las manchas están relacionadas con el sol, pero no siempre es así. Los diagnósticos más frecuentes ligados a la aparición de manchas en la cara son los siguientes.


MELASMA

También conocido como paño del embarazo o cloasma no siempre aparece a raíz de un embarazo y aunque su aparición tiene un componente hormonal importante, por eso también es frecuente durante la toma de anticonceptivos orales, hay otros factores como la predisposición y la herencia, o algunos tratamientos previos como el láser. Su aparición está muy relacionada además con la exposición solar, ya que sin ella no se producirían las manchas, aunque no se necesita una exposición excesiva para que aparezcan en las personas predispuestas. No solo aparece en mujeres sino que también lo vemos en hombres, aunque su paso por consulta es mucho más anecdótico.

El tratamiento suele ser casi exclusivamente médico; en los casos más leves, las manchas en la cara pueden responder solo a productos despigmentantes fuertes (no nos referimos a las típicas cremas antimanchas que carecen prácticamente de eficacia) y en ocasiones suelen necesitar tratamiento oral o en clínica para mejorar. Peeling, láser y otros tratamientos similares están desaconsejados como primera opción, ya que pueden empeorar el melasma en un porcentaje alto de los pacientes, por lo que deben quedar reservados a casos muy escogidos. Además, casi tan importante como el tratamiento es el mantenimiento, ya que aunque se corrijan las manchas tienden a reaparecer con facilidad en primavera y verano, por lo que el uso del fotoprotector y productos despigmentantes es fundamental durante los periodos más soleados del año.

LENTIGO SOLAR

Los léntigos son las verdaderas manchas solares; suelen ser planas, de tonos marrones claros, parecidas a las pecas pero en ocasiones de mayor tamaño y aparecen en gente con un exceso de exposición solar; se ven muy frecuentemente en personas que trabajan al aire libre, acuden al solarium, tienen el hábito frecuente de ir a la playa o realizan deporte al aire libre de manera habitual. La tendencia a que aparezcan es muy variable entre personas.

El tratamiento es en la mayoría de los casos destructivo, priorizando dispositivos como la luz pulsada o el láser q-switch por su buena relación entre posible riesgo y potencial mejoría. Tratamientos alternativos incluyen la crioterapia, el láser de CO2 o la quimioexfoliación. Cualquiera de los tratamientos suele necesitar de varias sesiones o incluso la combinación de los mismos para un mejor resultado. En ocasiones las manchas en la cara vuelven a aparecer, por lo que es muy recomendable el uso de protección solar para evitarlas y realizar sesiones de mantenimiento cada 2 o 3 años de los tratamientos indicados por el dermatólogo.

QUERATOSIS SEBORREICA

En ocasiones se muestran parecidas a los léntigos solares, pero muestran un ligero relieve, otras veces parecen auténticos lunares o verrugas. No dependen de la exposición solar, sino que hay un componente de predisposición con el que se nace. El paso de los años es un factor importante, con mucha influencia y además lo son los cambios hormonales. Se necesitan tratamientos destructivos como el láser de CO2, el curetaje de las lesiones o la crioterapia para su eliminación. El tratamiento con peeling o luz pulsada suele ser insuficiente y los resultados parcialmente satisfactorios.

LÉNTIGO MALIGNO

Similar a los léntigos solares pero habitualmente más irregulares y de varios colores. Realmente se trata de un tipo de melanoma que suele ser superficial y avanza lentamente durante años hasta que empieza a profundizar y dar lugar a metástasis. En ocasiones puede ser difícil de distinguir de un léntigo solar, por lo que siempre recomendamos realizar dermatoscopia de este tipo de lesiones para ayudar en el diagnóstico; en caso de duda, lo mejor es hacer seguimiento o mandar la muestra de tejido al laboratorio, para realizar un análisis. Con un diagnóstico confirmado de léntigo maligno el tratamiento es preferentemente quirúrgico, requiriendo habitualmente cirugías amplias que suelen dejar cicatrices.

LUNAR

Los lunares planos con frecuencia pueden parecer manchas. Su eliminación puede ser compleja ya que el láser puede dejar células névicas que habitualmente volverán a oscurecerse, en ocasiones requiere de varias sesiones de tratamiento o directamente la extirpación quirúrgica. Extirparlos sin analizarlos histológicamente puede suponer un riesgo, especialmente si el médico que lo trata no es dermatólogo y carece de medios diagnósticos como la dermatoscopia. En general la recomendación es analizar la lesión salvo casos excepcionales. Es importante apuntar que el análisis de un lunar con resultado benigno de varias lesiones situadas en la misma zona, no permite extrapolar que todas las lesiones de esa zona sean también benignas, cada lunar es independiente del otro por muy próximos que estén.


En resumen; podemos tener diferentes tipos de manchas en la cara y es fundamental realizar un correcto diagnóstico antes de planificar una ruta a seguir para su tratamiento. Para minimizar errores graves, como el tratamiento incorrecto de lesiones malignas, lo mejor es acudir a un dermatólogo siempre que existan dudas, buscando obtener un diagnóstico lo más certero posible.