Tratamiento de las marcas de acné

En los pacientes que pasan por un acné fuerte y activo durante meses o años, uno de los problemas que más preocupan son las marcas secundarias a su padecimiento.

Hay varios tratamientos que se pueden llevar a cabo para mejorar la piel tras haberlo padecido, desde los más superficiales, hasta aquellos más profundos y agresivos. En muchos casos son tratamientos lentos, no instantáneos, que se desarrollan en varias sesiones y requieren constancia para obtener resultados.

En el siguiente artículo hablaremos un poco de porqué se forman las cicatrices, qué hacer para evitarlas y de como tratarlas si ya han salido.

Tratamiento de cicatrices de acné

¿Qué tipos de marcas y cicatrices deja el acné?

Como ya hemos comentado, las secuelas estéticas más frecuentes del acné son las manchas y cicatrices. Hay dos tipos de manchas: las rojas, que se producen por la inflamación posterior a la desaparición del grano y que suele resolverse de forma gradual a lo largo de los meses y las marrones y oscuras, que suelen producirse por hiperpigmentación postinflamatoria, y en muchos casos están relacionadas con la exposición solar.

Cuando hablamos de cicatrices, podemos dividirlas en hipertróficas o queloides, cicatrices abultadas que ocurren con frecuencia en zona de escote y espalda, y cicatrices atróficas o deprimidas, que aparecen por un defecto del colágeno y la elastina en la capa media de la piel, son las más frecuentes y se aprecian típicamente en mejillas.

¿Qué hacer para prevenirlas?

Para un correcto tratamiento de las marcas del acné, lo más importante  es la prevención, ya que prevenir la aparición de estas secuelas nos ahorrará mucho dinero y problemas futuros. Para evitar las cicatrices, lo principal es no tocar los granos. Muchas de estas marcas, especialmente las rosadas y cicatrices atróficas aparecen por una mala manipulación de los granos, produciendo heridas con cicatriz secundaria. Aunque la tentación sea muy grande, siempre hay que tener en mente que al manipular el grano podemos producir un daño mayor y más antiestético que tener un granito durante unos días.

También es fundamental el tratamiento precoz y de la patología con seguimiento profesional. En ocasiones, vemos que los pacientes acuden demasiado tarde a la consulta, cuando las cicatrices ya son numerosas e incluso tras un correcto tratamiento, será imposible que no queden secuelas.

Por último, una vez que se trata el acné “activo” (los granitos) es necesario iniciar el tratamiento para las marcas y cicatrices, al hacerlo durante el primer año después de la aparición de las cicatrices, la capacidad de respuesta de la piel es mayor. Aunque siempre se puede obtener cierto grado de mejoría, la evolución será peor si dejamos que la cicatriz envejezca.

¿Qué tipos de tratamiento existen?

  1. Tratamientos tópicos: diversas cremas pueden ayudar inicialmente con la cicatrización. Por ejemplo aquellas formuladas con rosa mosqueta, o que contienen silicona, pueden mejorar la curación en un primer momento. Cuando las cicatrices son deprimidas y están ya asentadas, se puede realizar un tratamiento con retinoide tópico para alisar ligeramente la piel.
  2. Tratamientos médicos cutáneos: tratamientos como la mesoterapia con ácido hialurónico, la mesoterapia por micropunción, o el peeling profundo pueden ayudar a mejorar la irregularidad de la piel y reduce la cantidad e intensidad de las manchas. Éstos métodos además, favorecen la formación de colágeno en dermis, produciendo también una renovación de la capa más superficial, la epidermis y mejorando el aspecto global de la zona tratada.
  3. Tratamiento con láser: tanto láseres ablativos (CO2) como no ablativos (erbio), obtiene buenos resultados en la generación de colágeno en la dermis superficial y media, permitiendo la mejoría de cicatrices más profundas en las que los procedimientos mencionados anteriormente no son suficientes. La ventaja de los láseres ablativos es que también mejora la superficie de la piel y en pocas sesiones conseguimos resultados, pero con el gran inconveniente de ser un tratamiento muy lesivo, produce un malestar importante que suele requerir baja en la vida normal durante al menos una semana, además necesita cuidados especiales tras su realización para evitar secuelas. En el caso de los láseres no ablativos, tienen las ventajas de ser procedimientos muy seguros con mínimo malestar tanto en el momento de realizarlos como en los siguientes días, permitiendo al paciente realizar una vida normal, pero requiere mayor números de tratamientos (entre 3-6 sesiones) y los resultados no son visibles por completo hasta que trascurre 6 meses desde la última aplicación.
  4. Tratamiento con ácido hialurónico: en el caso de cicatrices muy profundas, una posibilidad de tratamiento es el relleno de la cicatriz con ácido hialurónico reticulado. El tratamiento ofrece buenos resultados pero es necesario realizarlo cada año para mantener el efecto.

Conviene recordar que ante todo, lo más importante es una buena prevención, pero si las cicatrices ya están ahí, aunque todavía no dispongamos de una goma de borrar, actualmente los tratamientos son muy buenos y merecen la pena, especialmente cuando las cicatrices son jovenes, permitiendo mejorar el aspecto de la piel y minimizar el uso del recurrido maquillaje, del que se abusa mucho y que va deteriorando nuestra piel progresivamente.