El bronceado: más riesgos, menos beneficios (I)

Envejecimiento Solar (Efectos del bronceado excesivo)

Hoy vamos a hablar del artículo Update on tanning: More risks, fewer benefits. publicado en Marzo de 2014 en el Journal of the American Academy of Dermatology. Se trata de una revisión de los estudios disponibles sobre los riesgos y beneficios de cada tipo de sistema de bronceado, centrándose en los artificiales y con especial énfasis en los problemas relacionados en gente joven. Aclarar que lo aquí escrito no es una traducción literal del artículo, sino una adaptación, con ampliación de alguna información que me parece interesante y comentarios de las conclusiones. Para más información os aconsejo leer el artículo original y la bibliografía aportada.

MECANISMOS FISIOLÓGICOS DEL BRONCEADO:
En este apartado introductorio los autores nos explican que hay dos tipos de respuesta de la piel al bronceado:

  • Pigmentación constitutiva: es la genéticamente predeterminada por nuestras características étnicas/raciales. Los melanocitos (células que producen el pigmento de la piel) producen dos tipos de pigmento: eumelanina (negro) y feomelanina (rojo-amarillento). Al contrario de lo que cree mucha gente, la cantidad de melanocitos en la piel es la misma en todas las personas. Los diferentes espectros de color de la piel varían según la producción de cada uno de estos pigmentos. Así, las personas de piel muy oscura tienen unas proporciones elevadas de eumelanina con respecto a la feomelanina, mientras que las personas de piel muy blanca producen mucha feomelanina y poca eumelanina. La eumelanina nos protege de forma más efectiva contra las radiaciones solares e induce el bronceado. La fotoprotección que nos proporciona nuestra pigmentación constitutiva viene demostrada si comparamos el riesgo de un albino de tener un melanoma frente a un afroamericano (1000 veces más riesgo).
  • Pigmentación facultativa: Es un término utilizado para referirse al incremento de la coloración de la piel como protección a factores externos, es decir, la capacidad de broncearse de cada persona. Aunque también genéticamente determinada, depende de factores exógenos, incluido la dosis de UV recibido, agentes fotosensibilizantes (como algunas medicinas o plantas naturales) o cambios hormonales.

Según la mezcla de pigmentación constitutiva y facultativa de cada persona,  podemos clasificar el tipo de piel según el fototipo. Así, una persona con fototipo I se define como de piel muy pálida, generalmente pelirrojos, con una piel que casi siempre se quema y a penas se broncea; mientras que una persona con fototipo VI tendrá le piel muy oscura (propia de subsaharianos y afrodescendientes) que nunca se queman.

RADIACIÓN ULTRAVIOLETA:

De forma sencilla podemos dividir el espectro de la radiación solar en radiación ultravioleta (UV), radiación visible e infrarrojos. La radiación UV, la implicada en el bronceado puede dividirse a su vez en tres:

  • UV tipo C (UVC): radiación muy peligrosa pero que no llega a la superficie de la tierra ya que es filtrada por la capa de ozono.
  • UV tipo B (UVB): la responsable de las quemaduras solares y en menor medida en el daño crónico o envejecimiento de la piel. Sólo penetra hasta las capas más superficiales de la piel.
  • UV tipo A (UVA): más implicada en el bronceado, es también la principal causa del envejecimiento de la piel y en la producción de cáncer de piel. Penetra de forma más profunda en la piel.

BENEFICIOS DE LA EXPOSICIÓN A LOS RAYOS UV Y DEL BRONCEADO:

Aunque parezca lo contrario, no todos los efectos de la UV son malos. La evolución es sabia y pese a los importantes daños que produce el sol en la piel, también hemos aprendido a sacar partido de esta constante agresión.

  1. El bronceado nos hace más guapos: o eso cree el 90% de las mujeres entrevistadas. En los países occidentales el icono de belleza incluye una piel bronceada y uniforme, motivo por el que muchas personas (especialmente mujeres) acudan a las cabinas de autobronceado, utilicen productos para teñir la piel o se pasen muchas horas tomando el sol.
  2. El bronceado aumenta la energía y la confianza: aunque no probado científicamente, muchas personas opinan que el estar morenas les sube la autoestima y mejora el humor. Esto puede deberse a que el proceso químico que sucede en nuestro cuerpo cuando tomamos el sol libera β-endorfinas, una hormona implicada en el placer similar a la que se produce cuando tomamos morfina. Esta hormona también se cree que puede ser responsable de lo conocido como adicción al bronceado o tanorexia.
  3. La exposición al sol y el bronceado también se asocia con sentimientos de calidez y relajación, contribuyendo a la ya comentada dependencia. Según un estudio, el 53% de las personas que usan frecuentemente las cabinas de autobronceado cumplen los criterios utilizados para diagnosticar una adicción a drogas.
  4. La exposición a UVB puede disminuir el riesgo de padecer algunos cánceres. Se ha demostrado un efecto protector en el cáncer de colon, cáncer de mama, cáncer de próstata, algunos linfomas, cáncer de endometrio y cáncer renal. También parece disminuir la frecuencia de enfermedades como la esclerosis múltiple, la gripe o las enfermedades dentales. La mayoría de estos efectos beneficiosos están relacionados con la producción de vitamina D, que es crucial para la salud dental, la prevención del cáncer, la inmunidad y el sistema cardiovascular. Ojo, que hablamos de la exposición de UVB. Como veremos más adelante las cabinas bronceadoras emiten rayos UVA.

Y de momento lo dejamos aquí. En la segunda parte del artículo hablaremos de los fotoprotectores y de los tipos de sistemas actuales de bronceado artificial. ¡estad atentos!