Alteraciones del comportamiento durante la infancia

Podemos concretar las ALTERACIONES COMPORTAMENTALES como los comportamientos que afectan negativamente a uno mismo y al entorno en el que se vive (familia, escuela, vecinos…) por romper las normas de convivencia y deteriorar el desarrollo personal y social.

Así como las conductas son muy variadas en sus manifestaciones, son también muy diversas las causas. Todas las teorías, aunque poniendo el énfasis en un tipo de motivos u otros, admiten causas tanto biológicas, como psicológicas, sociológicas y ambientales. Según las teorías interaccionistas, que defienden una combinación de todas ellas, debemos admitir causas de origen:

  • BIOLÓGICO: debidas a factores innatos o hereditarios (lesiones y daños cerebrales, desnutrición, etc.).
  • PSICO – EDUCATIVO: Alteraciones de los procesos cognitivos y de enseñanza/aprendizaje del individuo.
  • SOCIOLÓGICO: Nivel socioeconómico y cultural, pertenencia a minorías étnicas, etc.

Para establecer la clasificación de las alteraciones comportamentales más frecuentes atendiendo a los ámbitos afectados, podemos seguir el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders).

EN EL ÁMBITO PERSONAL, estas dificultades hacen referencia a las relaciones de independencia –dependencia con el medio en que uno se desarrolla y a las relaciones del individuo consigo mismo. Dentro de ellas podemos distinguir dificultades en el ambito afectivo – emocional y dificultades en los hábitos de autocuidado.

Entre las DIFICULTADES AFECTIVO – EMOCIONALES, que afectan esencialmente al propio sujeto y cuyo desarrollo se lleva a cabo fundamentalmente de forma inconsciente, encontramos las fobias, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo o el TDAH. Este último se caracteriza por la presencia de tres síntomas fundamentales: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad. 

Las DIFICULTADES EN LOS HÁBITOS DE AUTOCUIDADO son las que tiene el sujeto para resolver por sí mismo las tareas que afectan a su cuidado personal, para cuyo cumplimiento no existen aspectos funcionales que le impidan su realización. Aquí podríamos incluir los trastornos relacionados con hábitos alimenticios (anorexia nerviosa, bulimia, trastorno por atracón, etc.), con hábitos nerviosos (tics nerviosos u onicofagia) y con hábitos de higiene (enuresis o encopresis).

Por último, EN EL ÁMBITO SOCIO – AFECTIVO, puede haber dificultades de orden afectivo que afecten al sujeto y al grupo escolar en el que está inserto. Entre ellas, el comportamiento agresivo, los trastornos de los hábitos sociales y los trastornos por conducta perturbadora pueden tener repercusiones muy negativas en el ámbito escolar.

Para realizar la intervención en consulta, se utilizan PROGRAMAS INDIVIDUALES DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA, que exigen:

  • Identificación puntual y exacta de las alteraciones conductuales del individuo, asociadas a factores ambientales en forma de antecedentes y consecuentes.
  • Selección puntual y precisa de las conductas objeto de modificación (ya sea por instauración, eliminación, reducción, incremento o mantenimiento).
  • Diseño de un plan de intervención muy preciso que incluye técnicas de modificación a emplear, procedimientos según los cuales se asociarán contingentemente los esfuerzos a las conductas seleccionadas, refuerzos a emplear, contextos de intervención y agentes que participan en el proceso.

También la INSTRUCCIÓN COGNITIVO – CONDUCTUAL, basada en el desarrollo de la autoinstrucción para la dirección voluntaria del propio comportamiento, es uno de los sistemas de intervención más conocidos y empleados frente a los trastornos comportamentales que afectan a la capacidad de autocontrol y organización de la conducta, como el TDAH o el TOC.

Además, siempre será necesaria una intervención con la familia basada en un asesoramiento sobre pautas de actuación desde el hogar, como las de transmitir cariño y sentimientos de pertenencia, fomentar la autoestima y el establecimiento de límites y normas claras (estilo parental democrático).