Me suda mucho la axila ¿qué puedo hacer?

Es frecuente que el exceso de sudoración en las axilas se convierta en un problema social para algunas personas y aunque es más acusado en los meses de calor, puede darse durante todo el año. Quien lo padece puede llegar a estar muy incómodo y tendente a evitar situaciones en las que se comparte espacio con otras personas, rehuyendo de fiestas, reuniones de amigos, así como condicionar su modo de vestir, alterando el curso normal de su vida. Cuando la sudoración es exagerada y se convierte en un problema, hablamos de hiperhidrosis axilar.

En este artículo comentaremos cuales son los pasos a seguir si tienes este problema o lo sospechas y quieres buscarle una solución.

¿Por qué ocurre?

La sudoración axilar es muy frecuente y es, hasta cierto punto, algo natural. En esta parte del cuerpo hay más glándulas sudoríparas que en otras zonas y mayor reactividad en los nervios que activan estas glándulas ante estímulos como el calor o el estrés.

Deberíamos considerar la posibilidad de un problema interno si esta sudoración se agrava de forma brusca (es decir, que nunca sudamos y de repente empezamos a sudar mucho) y sobretodo si se acompaña de otros síntomas como sudoración generalizada, palpitaciones, diarrea o enrojecimiento facial.

¿Cómo puedo tratar el exceso de sudoración?

La primera opción para tratar una hiperhidrosis axilar es con antitranspirantes. Se usan clásicamente los que contienen cloruro de aluminio, que aunque tienen mala prensa (se puede leer en Internet sobre su sospecha en el desarrollo de cáncer de mama) los estudios científicos en humanos que se han realizado no son concluyentes y no se ha podido demostrar que sean perjudicales para nuestro cuerpo. Funcionan taponando la glándula sudorípara y haciendo que se empequeñezca.

Es muy importante aplicarlos correctamente ya que los más potentes, si se aplican sobre la piel húmeda o justo antes de hacer ejercicio, pueden dar lugar a una sustancia ácida que irrita la piel. Es fundamental colocarlos sobre la piel muy seca y mantener la zona seca y aireada hasta su correcta absorción. Se aplica de forma diaria durante los primeros días y luego, cuando hay mejoría, se puede aplicar 2 o 3 veces a la semana, en una rutina de mantenimiento.

Existen varios productos comercializados y formulas magistrales que se pueden encontrar en farmacia bajo prescripción médica.

Si con estos métodos no se tiene éxito, actualmente la segunda línea de tratamiento recomendada es la toxina botulínica a través de microinyecciones en la zona. Es un tratamiento muy seguro, con mínimos efectos adversos y muy bien tolerado (las agujas que usamos son muy pequeñas y casi imperceptibles). Los resultados suelen ser de buenos a muy buenos en el 90% de los pacientes tratados, pero su mayor desventaja es que dura unos 6 meses. En ocasiones, para que resulte más llevadero y económico, programamos el tratamiento para la primavera y así se disfruta de mayor confort durante los meses más calurosos del año. Los pacientes con más sudoración a menudo prefiere realizar 2 tratamientos anuales.

Como tratamiento de tercera línea (cuando los anteriores fallan o no se pueden administrar) está recomendado actualmente el tratamiento oral con anticolinérgicos. Suelen funcionar bastante bien pero tienen efectos secundarios molestos que muchas veces obligan a suspender el fármaco. En ocasiones también ha resultado exitoso el tratamiento con cremas formuladas con anticolinérgicos pero de momento se usa menos.

En cuarta línea está el tratamiento con microondas. Actualmente hay 2 dispositivos con aprobación para realizarlo. Son tratamientos caros y poco extendidos, siendo necesario normalmente desplazarse a una gran ciudad para poder llevarlo a cabo. Se suelen necesitar 2 o 3 sesiones en las que se experimenta dolor moderado en la zona e inflamación durante unos días. Su objetivo es disminuir las glándulas sudoríparas pero no desaparecen por completo, persistiendo una ligera sudoración en la mayoría de los casos. La gran ventaja es que esa muerte de la glándula es, en principio, definitiva.

Por último en casos donde todo falla se puede recurrir a la cirugía, interviniendo el nervio que produce la sudoración (simpatectomía). Tiene que realizarse en quirófano y tiene más riesgos, los propios de cualquier cirugía y el posible daño nervioso.

Es importante aclarar que sudar un poco es normal y natural y no tenemos por qué sentir vergüenza. Si la sudoración es exagerada y constituye un problema personal que limita nuestras vidas y aunque usemos desodorante las axilas siguen sudando, os animamos a buscar cuál es la mejor solución en vuestro caso.