dermatología pediátrica
ATENCIÓN ESPECIALIZADA PARA PROCURAR EL BIENESTAR DEL NIÑO
Las enfermedades de la piel son uno de los principales motivos por los que los bebés y niños acuden al médico durante su infancia. Afortunadamente, lo más frecuente es que estas alteraciones de la piel sean la manifestación de enfermedades leves como infecciones víricas o pequeñas alergias, sin embargo, en algunos casos pueden relacionarse con enfermedades crónicas que afectarán a la calidad de vida del niño y su núcleo familiar, para las que un correcto diagnóstico y tratamiento temprano son fundamentales con el fin de evitar complicaciones.
¿De qué se ocupa la dermatología pediátrica?
La Dermatología Pediátrica abarca un amplio espectro de alteraciones cutáneas que pueden afectar al paciente desde el nacimiento hasta la adolescencia, llevando a cabo la práctica médica desde la perspectiva de las diferentes características de la piel infantil y la frecuencia con la que está se ve alterada por las distintas patologías y desde la especial sensibilidad que el niño necesita recibir por parte del médico.
Acné
Por lo general afecta a niños y niñas desde los 11 o 12 años y se prolonga en la edad adulta. Se trata de una enfermedad socialmente muy invalidante, que repercute negativamente en la autoestima de los niños. Existe una amplia gama de tratamientos para el acné en la actualidad, con lo que ningún niño debería de padecer una cicatriz por culpa de esta enfermedad.
Dermatitis atópica
Se trata de una de las enfermedades más frecuentes y sin embargo está infravalorada por muchos, incluidos los propios médicos. Esta dermatosis produce una alteración en la barrera cutánea, haciendo a los niños más sensibles a factores externos para los que el resto de la población está protegida. Es fundamental el diagnóstico precoz para mantener un buen control de la enfermedad y así evitar la conocida “marcha atópica” por la que estos niños son más propensos a padecer otras enfermedades como alergias alimentarias, asma o rinitis alérgica.
Dermatitis seborreica
También conocida como costra láctea o caspa, es frecuente en el recién nacido y tiende a desaparecer con el tiempo. No es contagiosa, pero a veces puede producir secreciones o picor.
Infecciones cutáneas
Aunque la mayoría son de poca importancia, pueden ser muy molestas para los niños, impidiéndoles un correcta relación con sus compañeros, llegando incluso a producir absentismo escolar. Son muy variadas, las más frecuentes son las erupciones víricas como la varicela o el molluscum contagioso, aunque cada vez se observan más infecciones por hongos como la tiña de la cabeza o la candidiasis.
Mánchas en la piel
Siendo los angiomas y los lunares los más frecuentes, en ocasiones estas marcas pueden ser un síntoma de una enfermedad genética por lo que es importante su control y clasificación.
Psoriasis
Aunque es más frecuente en la edad adulta, la psoriasis no es excepcional en la infancia, por lo que hay que tenerla en cuenta. En ocasiones un inicio tardío puede suponer una evolución más severa y de difícil control a medida que el niño crece.
En casos menos frecuentes, los niños pueden padecer alopecias, vitíligo, genodermatosis, rosácea y otras enfermedades con las que también podemos ayudar al paciente y a su familia.